El principal culpable de la eliminación de la Selección Colombia de fútbol en el Torneo Preolímpico del que fue local y que entregó dos cupos a las justas que se celebrarán en Tokio (Japón) en agosto próximo, tiene nombre y apellido: Arturo Reyes, seleccionador nacional, quien evitó hablar de lo que, parece, será su inminente salida de la 'tricolor' luego de esta debacle.

En una corta rueda de prensa, en la que abundaron las caras largas, el entrenador samario prefirió enfocarse en lo que, según él, fueron los aspectos positivos que dejó este clasificatorio, más allá de que el objetivo para el cual le fue encomendada esta tarea estuvo lejos de cumplirse. Siendo esta la primera vez en que el país protagoniza un fracaso como anfitrión a nivel sudamericano.

"Sé que este golpe ha sido muy duro para todos nosotros y para el pueblo colombiano, porque había mucha ilusión. A pesar de que desde el primer partido no pudimos encontrar la línea de rendimiento que necesitábamos, el esfuerzo fue importante. Los jugadores lo intentaron, algunas veces salieron, otras no", indicó Reyes, quien salió en defensa de su plantel.

"Me parece que, lógicamente como no se cumplió el objetivo, quedamos en deuda, pero también dentro de la parte positiva es que aquí hay jugadores que se hicieron visibles, que a nivel de Selección han tenido muy pocas posibilidades y que presentaron durante el torneo un rendimiento", complementó el controvertido timonel, quien también tiene a su cargo el Sub-20 y es asistente de la selección de mayores.

En su concepto, "Colombia después del primer juego empezó a evolucionar, empezó a crecer, tuvimos un juego contra Ecuador bueno y de ahí en adelante creo que defensivamente empezamos a conseguir un equipo sólido, pero en estas finales, donde los rivales son tan poderosos, no pudimos encontrar la senda del gol".

Aún no se conoce un pronunciamiento del presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Ramón Jesurún Franco, sobre lo que representó este fiasco del seleccionado. Pero ante la presión mediática lo más posible es que se siente a tomar decisiones, con respecto a un trabajo que no estuvo a la altura de las circunstancias. La sexta presencia en unos Juegos Olímpicos solo fue un fugaz anhelo.