Un nuevo capítulo en la 'Batalla judicial' entre el exfutbolista Antonio 'Toño' Saams y Deportes Tolima, representado por su presidente y máximo accionista, Gabriel Camargo Salamanca, se conoció este martes.

El portal digital El Olfato reveló que el club profesional no ha cumplido con el pago de la indemnización por $397 millones que le ordenó la Corte Suprema de Justicia, tras demostrarse las irregularidades en la contratación y posterior liquidación del exjugador, en 2005.

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De acuerdo con la versión de Saams, Camargo y el 'Vinotinto y Oro' no han mostrado interés alguno en ponerse al día con esta obligación. Solo han consignado lo correspondiente a las prestaciones, al parecer buscando que la deuda no aumente.

"Nos hemos reunido dos veces con el abogado buscando una forma de pago, pero no ha sido posible, porque don Gabriel no acepta ninguna de las dos. Inicialmente quería pagar una parte del dinero y el resto a los seis meses, pero yo no lo acepté", expresó Saams al citado medio.

Ante esta situación, el sanandresano -quien jugó entre 1998 y 2005 con los 'Musicales'- interpuso una acción de tutela ante la Corte para que la institución le dé una respuesta clara sobre los dineros que tiene que pagarle.

"Tocó acudir a este mecanismo porque no se pronunciaban para nada, no entiendo por qué si ya el fallo salió a mi favor", señaló Saams, quien indicó que la estrategia del club sería forzar la situación para pagar una multa menor.

"Ellos buscan de pronto lo que pasó alguna vez, cuando jugaba en el equipo, que como dependía del sueldo me dejaron de pagar tres o cuatro meses y me obligaron a firmar unos papeles", puntualizó el otrora volante, integrante del equipo campeón del 'Pijao' en 2003.

El isleño es en la actualidad es entrenador del club Atlético Ibagué, el cual fundó con Iván 'Champeta' Velásquez y ha integrado los cuerpos técnicos de las selecciones Tolima en las categorías juveniles, con buen suceso.

Sobre el particular no se conoce aún un pronunciamiento oficial de Camargo o la institución deportiva, aunque lo más probable es que no haya ningún tipo de comunicación, como aconteció en anteriores ocasiones.