Sueño con darle esa alegría a mi familia: Torijano se ve alzando la segunda liga del DEPORTES TOLIMA




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Por la mente de Fáiner Torijano, capitán del Deportes Tolima, de seguro hay una imagen que quiere que este sábado se haga realidad. Que se repite una y otra vez como una premonición: Él, en el centro de sus compañeros, levantando la tan ansiada copa en el césped del Atanasio Girardot.

Él, alzando los brazos, dedicándole el triunfo a su esposa Leidy y a sus dos hijos, a sus 'hombrecitos'. Pero sobre todo él, en representación de miles de ibaguereños y tolimenses que han esperado este momento por casi 15 años y que de seguro tienen el mismo retrato plasmado. Él y un pueblo, juntos, bajando del 'cielo' la segunda.

Y sabe que solo un gol lo tiene lejano de esa posibilidad. Un gol que podría llegar al minuto 1 o al 90 y tantos y alargar la serie al terreno de lo impensado, pues en el fútbol la historia se escribe partido y partido. Ya nadie gana de camiseta. Más aún cuando los números por fuera indican que de 11 partidos su escuadra solo ha perdido tres.

"Es una motivación extra, es un anhelo y un sueño que he tenido, de poder darle esa alegría a mi familia", indicó Torijano, quien a sus 29 años llevará por segunda vez en una máxima instancia la franja en el campo de juego.


Sabe que no será nada fácil. Que toda una hazaña los espera, pues el onceno paisa no pierde hace 35 partidos en su cancha y en los últimos 11 ni siquiera ha recibido gol. Y que desde 2012 Tolima no celebra en el 'Coloso de la 74'. Pero hay tiempo que no se cumpla ni deuda que no se pague. Y a él y su grupo les llegó la hora.

"El marcador es remontable. Las estadísticas de Nacional son muy buenas, pero las finales son partidos aparte. Y buscaremos hacer historia. Acá las tuvimos y no las pudimos meter. Y no podemos perdonarles la vida", expresó.

Él es el liderazgo que Alberto Gamero, su jefe, espera en el campo de juego. El que debe ir a presionar el árbitro cuando sea necesario. El que debe ordenar la defensa y apoyar a su golero. El que tiene la responsabilidad de 'jalarle las orejas' al descarriado, pero también el primero en felicitar al aplicado.

"Siempre estoy ahí para darle ese apoyo a los compañeros en los momentos difíciles. Y seguiré haciéndolo, porque sé lo que podemos lograr", expresó. Claro, conciso. Sin adornos, sin máscaras. Así es Fáiner, el que ya completa tres años en la institución.


En la 'ida' un 'Pijao' los hizo pasar un trago amargo, les 'pintó' la cara: El chicoraluno Dayro Moreno, quien parece ensañarse en instancias definitivas contra el equipo de su tierra. Pero Fáiner prometió dejar hasta la última gota de sudor para que eso no vuelva a pasar.

"A Dayro habrá que tenerlo bien referenciado. Es un goleador de raza y no nos podemos descuidar, porque siempre que ha tenido la posibilidad nos ha anotado. No nos puede volver a pasar", manifestó. 

Sabe muy bien que Nacional es un equipo que se caracteriza siempre por darle buen manejo a la pelota. Y no es para menos, pues con hombres como Macnelly Torres -el verdugo de aquel 2006- está hecho para dar y convidar. "Pero lo importante será no dejarlos actuar y aprovechar una o dos opciones que tengamos y ser contundentes", apuntó el zaguero.

Por eso, a esos 3.000 hinchas de siempre, y a todos los que se subieron a este bus, "Les pedimos que no pierdan la fe, pues vamos a luchar hasta el final. Lo del incentivo motiva, pero mucho más la gloria deportiva, porque esos incentivos llegan por si solos", puntualizó.

Foto: Jorge A Cuéllar











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