Opinión: Wílder Medina, de ídolo a caradura




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Por: Mario Alejandro Rodríguez 

Por mucho tiempo quise guardar silencio frente al tema del Wílder Medina. Las ideas que quería expresar sobre el particular no eran del todo claras pero hoy, ante la noticia que entregaron desde la capital de la República, sobre su fichaje con el Independiente Santa Fe, me animé a hacer un esfuerzo por darlas a conocer.

Quizá mis opiniones las doy a destiempo, pero la validez que me da el ser hincha del Deportes Tolima escuda mi deseo de desahogarme, de una vez y por todas, con el ánimo de no volver a escribir sobre esto.

Reconozco que fui uno de tantos que salió en su defensa hace un año, cuando fue duramente sancionado por la Dimayor, tras la comprobación de su doble positivo por marihuana.

Que en su momento hice lo que jamás había hecho por algún jugador del equipo, motivado por las lágrimas que derramé aquel 12 de diciembre del 2010, cuando Dios, del cual no soy muy cercano, me permitió vivir una de las más alegrías más grandes de mi existencia.

Acepto también que utilicé este espacio, del cual soy su fundador, para darle públicamente todo mi apoyo. Incentivé a los demás hinchas que, como yo, creyeron en su inocencia, a que se manifestaran en contra de lo que consideré una injusticia, con alguien que sólo quería jugar al fútbol.

Claramente no pude ser más iluso e imbécil, por confiar en alguien que jamás mostró voluntad de cambio...

Wílder, sin pudor alguno, le mintió cada vez que se le dio la gana a dirigentes, periodistas y aficionados, no sólo de la Capital Musical sino del país entero.

Además, lo que muchos o pocos saben, es que se peleó con Hernán Torres a la salida de un entrenamiento el año anterior, porque este, en pleno uso de sus facultades como estratega del 'Vinotinto', no lo alineó como titular, después que llegara en inaceptables condiciones físicas.

De allí de que 'Hernán' no quisiera los servicios del artillero, por más que conoce muy bien su trabajo y le sacó el máximo provecho.

La falta de pruebas sobre su indisciplina me impidió abrir los ojos antes. Los comentarios que circularon en la ciudad sobre su mal proceder parecían ser simples murmullos para mis oídos, por lo cual preferí callar, al no tener autoridad moral ni periodística para rebelarme.

Pero pacientemente vi como la novela tomó un rumbo oscuro, distinto al que imaginé alguna vez. Poco a poco la estantería en la que ubiqué al 'Eterno 19', como lo bauticé en las redes sociales, se cayó y dejé de creer en sus promesas de rehabilitación.

Y con la desfachatez que quedó descubierta hace una semana, cuando un examen médico difundido por el club ratificó un positivo por cocaína después que burlara a la prensa local con su verso, hoy salió a presentarle excusas a un afición que lo puteó en un sinfín de ocasiones, por haberle amargado la fiesta que esperaron durante más de 35 años.

Poco le importó a Medina en sus declaraciones, llenas de un sucio oportunismo mediático, olvidar de tajo lo que nos hizo inmensamente felices. Eso que de un momento a otro nos llevó a considerarlo un ídolo, sin importar sus antecedentes.

Qué bofetada nos dio Medina a todos los que lo seguimos. Que deshonra nos hace vivir nuevamente con su prosa insulsa, la misma que se cansó de emplear para vernos la cara de pendejos, de giles...

¿Acaso lo mínimo que podíamos recibir los aficionados del Deportes Tolima no era una disculpa de su parte? ¿Qué le costaba reconocer que sí consumió alucinógenos cuando las evidencias eran irrefutables?...

Wílder, ¡Le alcahueteamos absolutamente todo con la esperanza de verlo otra vez en la cancha!, pero usted jugó con nuestro cariño y lo vendió a la primera oportunidad que pudo. Así como defraudó al tirano de  Gabriel Camargo, al que reclamaba como padre cuando de manera infructuosa pretendió recuperar su enorme inversión.

Si bien es cierto que tiene derecho a regenerarse, era pedirle demasiado que no lo hiciera en la escuadra menos deseada, por las razones anteriormente mencionadas.

Con todo y ello quiero que salga del pozo tan profundo en el que se encuentra, porque el vicio nos privó de haber conocido su real faceta. Ojalá triunfe con los 'cardenales' y sepa ganarse su perdón, así como logró obtener algún día nuestro afecto.                             

Eso sí, con dolor en el alma, espero que NUNCA MÁS vuelva a vestir la camiseta de mi divisa, por miedo a que la manche de nuevo con su hipocresía y falsedad. Para mí, su nombre dejó de existir en los anales del 'Vinotinto', por más que el gol 3.000 sea de su autoría.











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