Minutos antes del reconocimiento del campo hecho este lunes por la Universidad Católica de Chile, para el duelo del martes (8:45 p.m.) frente al Deportes Tolima por la segunda fase de la Copa Sudamericana,  revisamos el gramado del estadio Manuel Murillo Toro, el cual no se encuentra en su mejor estado.

Innumerables huecos, secciones injertadas que aún no han 'pegado' al resto del césped, sectores quemados por la ola de calor y diferentes tipos de hierba, que no corresponden a un campo que alberga fútbol profesional,  encontramos en el que debería ser el 'tapete' del 'Coloso de la 37'.

El terreno de juego presenta esta condición desde hace algún tiempo, ante la queja de jugadores del 'Vinotinto y Oro' y demás visitantes, quienes son los directos protagonistas del espectáculo. 

Si bien esta situación no impide desarrollar un partido de índole internacional, el pasto no es agradable estéticamente y por su estado irregular no brinda garantías para las escuadras que en él jueguen.

Esperamos que las autoridades deportivas de la Ciudad y el club 'Pijao' le presten mayor atención al campo de juego, que pide urgentemente un cambio de gramilla; algo que no sucede desde el año 2003.