La frustración copó el camerino sur y se extendió a las tribunas del estadio Manuel Murillo Toro en la noche del sábado 2 de agosto, pues Deportes Tolima —con dos hombres más en el campo— no pudo vencer a un disminuido Atlético Nacional y dividió honores (0-0), en cumplimiento de la quinta fecha de la Liga BetPlay 2 2025. Esto hizo que el técnico Lucas González se convirtiera en blanco de críticas.
El propio entrenador, una vez el juez central Diego Ulloa pitó el final del encuentro, como puede verse en las imágenes de la transmisión oficial, no ocultó su enojo: y lanzó un ‘madrazo’ para transmitir su evidente frustración. Que se trasladó a la conferencia de prensa, en la que González fue el rostro visible de una decepción inequívoca: dos rivales menos sobre el césped, una hinchada impaciente y ni un gol a favor.
“Estoy molesto conmigo mismo. Este es el tipo de partido que uno, como entrenador, siente que deja escapar sin excusa. Cuando tienes dos jugadores de más, lo lógico es ganar. No lo hicimos y me hago responsable”, reconoció González, en lo que podría considerarse como una derrota moral, más allá de que el tablero de posiciones indique que sumó un punto más y que lleva tres presentaciones sin perder en liga.
De hecho, el capitalino fue claro en su diagnóstico, sin rodeos ni eufemismos. “No hemos sabido resolver. La verdad, no hemos sido capaces de superar el (esquema) 4-4 que montaron ellos directamente. Estos partidos son trampa, son difíciles. Cuando un rival del tamaño de Nacional pierde dos hombres, los espacios que aparecen no son los que uno quisiera: están muy lejos del arco”, indicó.
Y agregó que, si bien los espacios por fuera estaban, “pero era casi imposible aprovecharlos con ellos tan metidos atrás”. En efecto, el timonel explicó así el dilema al que se enfrentaron. “Ellos montaron —con el cambio de Morelos por Sarmiento— dos líneas de cuatro, se pusieron muy juntos, muy cerca de su portería y ahí se hace tremendamente difícil marcar goles. Lo intentamos por todos lados”, relató el DT.
Sobró voluntad, según Lucas González, pero también incapacidad: así justificó la vergüenza
Dejó en claro que la voluntad de sus jugadores nunca faltó. “Siempre ha estado ahí. Nos falta pensar en más alternativas, sobre todo desde el cuerpo técnico”, afirmó el orientador, que resaltó en consecuencia que este encuentro, en su trámite, resultó ser un examen para la creatividad ofensiva del equipo, que la noche del sábado no encontró respuestas y se fue sin marcar ante su propia gente; que salió decepcionada.
“Probamos variantes. (Bruno) Larregui entró para buscar mayor profundidad y terminar con tres puntas, con Gonzalo (Lencina) y Jéinner (Fuentes). Jugaron adentro, buscando cerrarse entre los defensores, y optamos por mandar a Junior (Hernández) y Yhormar (Hurtado) bien altos por las bandas", indicó el técnico, en el sentido de ganar algún rebote; no obstante, reconoció que el rival defendió bien.
En cuanto a otras modificaciones, explicó el propósito de cada una. “Samuel Velásquez estaba controlando bien a Marino (Hinestroza) cuando hacía falta. Pero cuando vimos que Nacional ya no era una amenaza en ataque, decidimos apostar todo por el gol. Mandamos arriba a Larregui para sacar a un defensor y sumar un delantero. Fueron intentos por todos lados”, expresó el estratega, que buscó toda clase de vías.
“Sumamos hombres al frente, buscamos centros, remates lejanos, incluso jugar con los rebotes en el borde del área, esperando que Tatay (Juan Pablo Torres) o Jader (Quiñones pudieran sorprender”, afirmó. Con el empate consumado, como era de esperarse, creció el ruido en las redes, con la dura exigencia de los hinchas en tener más autocrítica ante un resultado a todas luces vergonzoso para un equipo con deberes.
Ante esto, el propio González reconoció la presión. “No logramos ganar porque no fuimos capaces de marcar gol, pero el partido hubiese sido muy diferente. Recuerdo una ocasión muy clara que tiene Jersson (González) y cabecea dentro del área bastante solo. Si ese balón va a portería y logras marcar ahí, el partido es otro”, declaró. Y apuntó que el fútbol cambia radicalmente con la diferencia en el campo.
“Cuando un equipo se queda con nueve, el intentar marcar gol pasa a un segundo plano y solamente piensan en que no les marquen. Y entonces esos espacios que normalmente dejan cuando están 11 ya desaparecen porque el equipo está contento con el punto que tiene. Y ese fue el escenario con que nos encontramos”, señaló. Así, la imagen de Nacional, con ocho jugadores en su área, desarmó los planes.
En el vestuario local, la sensación era amarga. “Lo hablamos ahora en el vestuario. Es un empate que sabe a derrota, que duele más por cómo ocurrió. Tienes la obligación de ganar cuando el rival se queda con nueve. Y hoy no encontramos la forma. Eso me molesta a mí tanto como a los jugadores”, lamentó el bogotano, en un análisis en el que coincidió su capitán, el tan cuestionado volante Juan Pablo Nieto.
En síntesis, González remarcó que este tipo de partidos no pueden dejarse pasar en una Liga tan disputada. “Tenemos que encontrar formas más creativas de romper estos planteos. Hoy intentamos de todas las formas, pero nos faltó imaginación, variantes y precisión. Es inadmisible no ganar con esta ventaja”, refirió el entrenador, que se estancó con siete unidades de 15 posibles en la clasificación liguera.
De hecho, la autocrítica, una vez más, emergió con fuerza de su boca. “Contra equipos que se encierran, no puede bastar con tirar centros al área o esperar rebotes. Debemos mejorar, pensar en muchas más alternativas y tener un plan B que realmente funcione. A nivel personal y como cuerpo técnico, me queda la responsabilidad y el reto de preparar mejor al equipo para situaciones así”, sentenció el técnico local.
El empate deja al ‘Pijao’ en una situación incómoda en la tabla, pero sobre todo obliga al cuerpo técnico a una revisión interna profunda de este tipo de escenarios. El eco de la decepción de la noche del sábado sigue vivo entre los hinchas, que ahora esperan que su divisa gane en su visita al América, el sábado 9 de agosto (5:15 p. m.), para recuperar lo perdido en casa y seguir en el lote de los ocho mejores.