La que es considerada una de las hinchadas más tolerantes y resilientes del fútbol profesional colombiano también tiene sus límites. Y, tras el fiasco de su equipo, Deportes Tolima, que quedó al borde de la eliminación en los cuadrangulares de la Liga BetPlay 1 2025 tras el empate (1-1) ante América de Cali, la paciencia se acabó con un plantel displicente: que ya dejó escapar cinco puntos de seis posibles en casa
En una sola voz, el Murillo Toro ‘habló’. Como pocas veces, quizá cuando no ocurría desde aquel 7 de julio de 2013, en la noche en que más de 20.000 personas descargaron su furia contra el exsenador Gabriel Camargo, o tal vez desde el segundo semestre de 2017, cuando se expresaron contra algunos de los miembros del primer equipo con carteles fuertes, la afición se pronunció y fuerte desde las graderías.
Tras el final del cotejo ante los ‘escarlatas’, la descarga de los más fieles fue contundente. El “que se vayan todos y no quede ni uno solo” se escuchó con fuerza por miles de presentes en el escenario deportivo, en un cántico que empezó en la popular sur y se replicó en todo el escenario deportivo. Además, los señalamientos recayeron de manera particular sobre el guardameta William David Cuesta.
¡LA PACIENCIA SE ACABÓ! 🔥 ¡Los que SIEMPRE dan la CARA hablaron HOY! 💪#VamosTolima ⭐️⭐️⭐️ pic.twitter.com/8Oa3hyKuJQ
— El Rincón del Vinotinto (@rinconvinotinto) June 8, 2025
Y es que, a diferencia de otras contiendas, en las que las tribunas del ‘Coloso de la 37’ son evacuadas con celeridad, en esta oportunidad los presentes no quisieron irse. No hasta que se expresaron con vehemencia y se hicieron sentir, no solo por el descalabro en el cotejo ante los americanos, sino además por el desplante del grupo de jugadores en la víspera, que no respondieron al banderazo en el hotel ‘Pijao’.
Unos se escondieron, y otros aguantaron el ‘chaparrón’ de insultos en el Murillo Toro
Mientras el golero corrió a esconderse en el túnel, al igual que otros miembros del plantel, pese a que nunca estuvo contemplada una invasión del campo de juego, contrastó con lo que hicieron tres de sus compañeros: los volantes Brayan Rovira y Juan Pablo Nieto, y el extremo Álex Stik Castro, que decidieron quedarse en el campo de juego y aguantar los duros señalamientos hechos por la fiel parcial.
Y es que la expresión futbolística del plantel, que ganaba desde los 15' gracias al impacto del mediapunta Castro, nunca pudo consumarse en un triunfo. La propuesta del entrenador español Ismael Rescalvo, el mismo que perdió todos los estribos ante la crónica deportiva y mostró su peor faceta, nunca cuajó y permitió en el segundo tiempo una fuerte reacción del visitante, que se fue con un punto de oro.
El penal cometido por Cuesta a los 68', que derribó en el área de manera infantil al rival Mateo Castillo, terminó de colmar la paciencia de una afición que arrancó fuerte la jornada. “Hay que ser campeones, pongan güevos, jugadores”, se entonó con fuerza desde la lateral, durante al menos 15 minutos, lo que fue una clara señal del ambiente tenso en la cancha y cómo la presión ya era inevitable para la nómina.
¡HAY QUE SER CAMPEONES, PONGAN GÜEVOS, JUGADORES! 🔥#VamosTolima ⭐️⭐️⭐️ pic.twitter.com/Si3UqtE0VC
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Con solo dos puntos de nueve posibles, que lo tienen en el tercer lugar de manera momentánea del Grupo A, el combinado de la ‘Tierra Firme’ necesita de un milagro futbolístico en la segunda vuelta de los cuadrangulares para avanzar a la gran final. Aún puede llegar a un máximo de 11 unidades, pero solo si se logran las tres victorias que están en juego, con dos juegos que deberá afrontar lejos de su reducto.