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Por: Mario Alejandro Rodríguez

Aunque parezca extraño, lo sucedido el domingo en el gramado del Manuel Murillo Toro, en el que debía ser el juego entre Deportes Tolima y Millonarios, por la cuarta fecha de la Liga BetPlay 1 2023, no es un hecho inédito en el máximo escenario de los ibaguereños. Hay, al menos dos claros antecedentes, que ponen de manifiesto que esta no es una circunstancia nueva en el campo 'Pijao'.

Alejandro Montenegro no es el primero -y así duela reconocerlo- el último que invadirá un terreno, y que pretenderá enlodar el espectáculo con un comportamiento inadecuado. En el 'Coloso de la 37', en la última década, hubo situaciones que se salieron de control y que, aparte de que llevaron al límite a las autoridades, también acarrearon fuertes sanciones al dueño de casa, que tuvo que hacerse cargo.

El 5 de febrero del 2012, apenas en la segunda jornada del 'Apertura', el duelo entre el 'Pijao' e Independiente Santa Fe se vio empañado por la violencia. Una provocación de la hinchada visitante, que quiso robarse uno de los 'trapos' de la local, desencadenó una invasión de integrantes de la barra Revolución Vinotinto Sur; quienes pretendieron recuperar su estandarte de cualquier forma.

Ese suceso, que entre otras le costó a este servidor amenazas de muerte por denunciarlo en este espacio, representó para el club -que vivía un buen momento de la mano de Jorge Luis Bernal- jugar a puerta cerrada durante dos partidos, ante rivales como La Equidad y Once Caldas, y pagar una multa de 4.533.600 pesos. Una sanción que, si se quiere, fue cómoda para el equipo de Ibagué. 

Y el segundo gran hecho negativo, que podría ser de antecedente de este nuevo caso, ocurrió en el choque de ida de la gran final de la Liga 1 2018, ante Atlético Nacional. El encuentro, que terminó 0-1 en favor del visitante, por poco se ve empañado por la invasión de un personaje desde la tribuna de Oriental, quien intentó agredir a uno de los jugadores del 'Rey de Copas', pero no logró su objetivo.

Foto: Jorge A Cuéllar.

Como en este caso, la reacción de la Policía para contener al fanático fue rápida y el aficionado conducido hasta la estación más cercana. No obstante, el caso en mención salió caro, pues a esta acción también le sumaron una invasión previa en la semifinal ante el Independiente Medellín, por lo que fueron castigadas dos tribunas: Oriental y Norte, durante dos fechas, y $6.249.936  de multa.

Ahora, la situación fue más allá, y luego de que el propio profesional comenzara a 'cultivar' estas provocaciones, e incitara de diferentes formas a los seguidores de la 'tribu', el tema explotó; y de la peor forma. Tanto el hincha como el jugador fueron responsables de un momento que marcó la jornada en Ibagué, y que privó a más de 18.000 personas en las tribuna de lo que hubiera sido una fiesta. 

Foto: Jimmy Páez.

La gran diferencia entre los dos anteriores episodios y este, es que en el duelo programado para la presente oportunidad la pelota no rodó. En las situaciones pasadas, los encuentros, tras medidas correctivas de la fuerza pública, se pudieron efectuar sin mayores consecuencias; sin que ello condicionara las sanciones que a posteriori se dieron a conocer en contra del dueño de casa. 

A la espera de cuál será en esta ocasión la pena que se deba cumplir tras este suceso, de parte de la dirigencia de la institución la postura ha sido férrea: condena para el agresor, pero también al exjugador del 'Vinotinto y Oro', al que le cuestionan su forma de proceder ante los insultos y, en especial, el que haya tomado justicia por mano propia, lo que al final condicionó el desarrollo del espectáculo.

Fotos: Jimmy Páez, Jorge Cuéllar y El Rincón del Vinotinto