En un pronunciamiento que generó sorpresa en las redes sociales y voces de respaldo a la directiva, Deportes Tolima sentó este martes su postura tras lo sucedido el pasado domingo, en el juego ante Millonarios, por la cuarta fecha de la Liga BetPlay 1 2023. En el que fue agredido el volante Daniel Cataño por un hincha local, quien a su vez respondió al golpe con otro hecho de intolerancia.

En la misiva publicada en sus canales oficiales, la dirigencia del club hizo una jugada que sería considerada como una 'maestra', pues se adelantó a lo que podría ser un pronunciamiento severo del Comité de Disciplina del Campeonato. Y, de paso, quiere generar conciencia no solo en sus hinchas, domo en el país futbolero, sobre la necesidad de comentar el fútbol en paz, como tanto se ha pedido.

César Camargo Serrano, presidente del 'Vinotinto y Oro', fue hábil al no expresar en los medios en los que fue entrevistado de que su intención no era ir por los puntos del cotejo, sino que se cumpliera lo establecido en el reglamento. Y así lo plasmó en la comunicación, que rápidamente se hizo viral en las redes. Una acción, si se quiere, premeditada y muy bien pensada desde su despacho.

"Renunciamos al derecho de disputar los puntos en los tribunales, el escenario debe ser la cancha. Por eso queremos extender a Millonarios una invitación para jugar la fecha 4 de la Liga BetPlay 2023-1 en nuestro estadio, determinada y aprobada por la Dimayor", manifestó el club, en el que dejó en el aire los señalamientos de reconocidos periodistas de la prensa nacional.

Algunos de ellos llegaron a insinuar que esa era el fin último del equipo; y lo acusaron de falta de empatía con los futbolistas profesionales, pues el interés era ganarse el cotejo por métodos lejanos a lo deportivo. Situación que en su momento molestó a Camargo Serrano, en una especie de encerrona en la que no cayó. Una solución de caballeros, que evitaría caer en un 'limbo' jurídico sin precedentes.

En la carta expuesta, Tolima aclaró que brindará todas las garantías para que se desarrolle el cotejo, de la mano de las autoridades locales, con lo que se pretende sea el ingreso no solo de los hinchas Pijaos, sino del equipo 'albiazul', quienes desde la postura del club hacen parte también de esta ineludible cita. Una forma de reparar la inversión hecha por los espectadores en sus entradas. 

Y es que lo determinado por el cuadro de la 'Tierra Firme' buscaría, como bien lo pregonó el volante David Silva, capitán del 'embajador', sentar un verdadero precedente. Porque además de desistir de ir por el botín con abogados, abrieron la posibilidad de que se dispute el partido como debe ser: en el campo, lo que favorecería a los visitantes, a quienes les podía caer sanción por abandono del césped.

De manera inteligente, la dirigencia de la 'tribu' parece llevar la discusión al plano que más le conviene, porque pone de manifiesto su espíritu reparador y que se deje de sancionar al cemento, como se vería expuesto: pues lo más predecible es que se tome una decisión que perjudique desde lo económico al club y del mismo modo a los fanáticos; no solo del local, también del foráneo.

El juego, que sería denominado el 'partido por la sana convivencia', tendría que ser aprobado por el ente rector: un aspecto no menor en esta novela, pues habría que analizar detalles de la minuta de la Liga para que así sea, como también qué reportó en el informe el árbitro central antioqueño Wílmar Roldán, que insistió hasta donde pudo en la realización del compromiso; pero no logró su cometido.

"Estamos convencidos de que con cultura y buenas maneras, podemos erradicar a los violentos del fútbol y dar un ejemplo en este lindo deporte", puntualizó el elenco tolimense, que ya se zanjó en una postura con la que generó un revuelo entre los periodistas deportivos, quienes han empezado a contemplar los pro y contras de esta revolucionara iniciativa; y si sería procedente o no.

Ganaría la televisión, porque tendrá un partido de alto impacto mediático en su parrilla de programación; ganaría la Dimayor, porque promovería un emotivo acto de reconciliación y, también, ganan los equipos, en su intención de ofrecer lo mejor de su juego, y no sacar ventaja uno del otro mediante vías legales; en un proceso que de entrada sería desgastante por donde se le mire.