Únete a nuestro canal de Whatsapp y mantén enterado de todas las noticias del Deportes Tolima. ¡Clic AQUÍ!
El delantero caucano Fabián González Lasso, el mismo al que el presidente y máximo accionista del Deportes Tolima acusó el pasado 18 de diciembre de dejarlos 'plantados', cuando ya tenía todo listo para hacer parte del club, terminó en el fútbol asiático. Más exactamente en el Júbilo Iwata de la Primera División de Japón, un elenco prácticamente desconocido por estas latitudes, a decir verdad.
Lasso, cuya última experiencia fue en el Atlético Nacional, en el que pasó sin pena ni gloria, estuvo -según el dirigente- a punto de vestirse de 'Vinotinto y Oro', pues al parecer ya había llegado a un acuerdo económico para contar con sus servicios y contaba con los tiquetes de avión para presentarse en Ibagué. Pero al final, su vinculación o se dio.
Gabriel Camargo, en diálogo con 'Los Dueños del Balón', menciona el tema González Lasso.
"Fabián González, que pertenecía al Atlético Nacional (Colombia), ha decidido unirse a Jubilo Iwata desde esta temporada (temporada 2021) con un traspaso completo. Después de un chequeo médico en Japón, se firmará un contrato formal", expresó el elenco 'Nipón' en las redes sociales, en una noticia que causó diversos tipos de comentarios entre algunos de los hinchas del 'Pijao'.
Y es que durante su etapa en el cuadro 'Verdolaga', bajo el mando del entrenador risaraldense Juan Carlos Osorio, González Lasso jugó 15 partidos por Liga, con un total de 810 minutos, y dos goles en su haber; un rendimiento inferior al que tuvo con Millonarios, con los que estuvo en 33 encuentros, acumuló 2.027' y anotó seis tantos. Con todo y ello estuvo en los planes de la 'tribu'.
Cabe destacar que este ariete, 'repatriado' en su momento por Jorge Luis Pinto, exentrenador del 'Embajador', empezó su carrera en 2013, luego en 2015 estuvo en La Equidad Seguros, y entre 2016 y 2018 militó en el balompié peruano, tras defender las camisetas de Sport Ancash, Ayacucho y Academia Cantolao. Esas experiencias llamaron la atención del adiestrador, en una arriesgada apuesta.
Foto: Diario AS
