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Dicen que en los momentos de dificultad es cuando se conocen a los verdaderos amigos, y no en la efervescencia de la victoria. Y que los hombres, sin importar qué tan influyentes fueron se van y las instituciones permanecen. Pues bien, creemos que el momento de tomar las riendas llegó, y como hinchas, es nuestra obligación estar a la altura de las circunstancias que el destino nos plantea.
El ciclo de Gabriel Camargo Salamanca al mando del Deportes Tolima no se cumplió hoy ni ayer. No. Caducó desde hace 10 años, cuando prometió que se iría del equipo si salía campeón. Desde ese entonces, y hasta ahora, el exsenador faltó a su palabra y quiso prolongar con toda clase de excusas su periodo, que si bien dejó múltiples participaciones en eventos internacionales y en semifinales del rentado local, no arrojó el resultado más importante: la segunda estrella.
Y cansados de tantas frustraciones, de derramar lágrimas en vano tras cada pérdida, los hinchas que sí sentimos esta divisa como propia nos manifestamos, en un hecho sin antecedentes, que molestó al soberano tirano y lo hizo temblar de miedo en su propio trono. Es por eso, por la reacción multitudinaria, que Camargo se siente débil para darnos la cara a los hinchas y prefiere, como los cobardes, expresarse con misivas llenas de romanticismo barato.
Después de vender en el último año a tres jugadores fundamentales en el patrimonio del club (Cristian Marrugo, Gustavo Bolívar y Andrés Andrade), que la misma afición ayudó a formar en cada domingo con sus aplausos y recriminaciones; sin contar a la docena de profesionales que transfirió en temporadas pasadas, sin presentar soportes a los medios; y con miles de millones recibidos en patrocinios y derechos televisivos, el presidente se va con los bolsillos llenos, a disfrutar de su buena suerte, porque encontró la excusa perfecta para hacerse nuevamente la víctima.
Y todas las veces que nos humilló con su dinero, ¿Qué?... Las incontables ocasiones en que fuimos sus idiotas útiles para conseguir lo que él siempre deseó, como por ejemplo, su curul en el Senado de la República, ¿Dónde quedan?... Y el maltrato que aplicó con la prensa deportiva de la ciudad, ¿Lo pasamos por alto?... O se nos olvida que fuimos el frente de guerra predilecto para generar la lástima del país y que él fuera siempre el ganador.
Todo tiene un límite. Y si nosotros lo traspasamos con él es porque de su parte ya había sido borrado. Lo mejor es que el mencionado personaje tome su rumbo, sin ánimo de ser desagradecidos, sino consecuentes con todos los hechos que nos afectaron negativamente y que dejaron una huella indeleble en nuestra alma.
La decisión que estábamos esperando ya está tomada. El dirigente, arguyendo agresiones verbales, optó por poner en venta su paquete accionario, que en sí es casi todo el 'Vinotinto y Oro'. Aunque lo raro en este proceso es que no dijo el valor de su participación y bajo qué condiciones vendería su parte; lo que hace pensar que seguirá en su pedestal como si nada hubiera pasado y que ésta, como tantas otras, será una pataleta que pasará rápidamente al olvido.
Sí en realidad Camargo se va como prometió hacerlo, estamos, señoras y señores, ante un compromiso ineludible, en el que tendremos que aunar esfuerzos y convertirnos en una sola voz. Que nuestro capital económico e ideológico esté al servicio del Deportes Tolima, en pro de lograr lo que nunca antes hemos conseguido. Los cambios hacen parte de la esencia de la vida y más vale estar preparados para afrontarlos lo mejor posible, sino éstos nos llevarán por delante.
¡El Deportes Tolima es de TODOS!
