Opinión: Por respeto a nuestra historia, ¡NO al cambio de nombre!




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Por: Mario Alejandro Rodríguez ([email protected])

Desde que tengo uso de razón, mis padres me enseñaron a querer al Club Deportes Tolima. En la tribuna sur del Murillo Toro, por el año de 1997, comencé a formarme como seguidor del cuadro ‘Pijao’, que por ese entonces comenzaba su camino hacia el reconocimiento como uno de los animadores del rentado local.

Han pasado ya 14 años de la primera vez que lo vi jugar. Y en este tiempo, mis emociones han ido de la mano con las campañas realizadas por la institución tolimense. He llorado como el más fanático de los hombres, tanto por cada una de sus conquistas como por el más doloroso de sus fracasos.

Al igual que yo, miles de seres crecieron viendo al ‘Vinotinto y Oro’ como uno de sus más grandes símbolos; fiel estampa de la lucha y el sacrificio en torno de una causa: la gloria. Por cuestiones del destino, generaciones enteras se sienten representadas en el equipo profesional de Ibagué, por el cual serían capaces de dar hasta su vida entera, de ser necesario, en la tribuna y fuera de ella.

En los últimos años, el nombre “Deportes Tolima” ha retumbado con fuerza en los ámbitos local e internacional. Gracias al trabajo de un cuerpo técnico de la región y al talento del grupo de jugadores, la mejor marca que tenemos ha dado la vuelta al mundo, pese a las falencias administrativas que puedan existir.

Para nadie es un secreto que el presidente del Club, el señor Gabriel Camargo Salamanca, no es de mis preferencias a la hora de nombrar un dirigente deportivo ejemplar. Las razones ya han sido expuestas hasta la saciedad en este espacio; a grandes rasgos se podrían resumir en la forma como él, el máximo accionista, toma decisiones trascendentales sin tener en cuenta la opinión de la afición.

Pero esta vez nada tienen que ver estas diferencias para entregar mi concepto sobre lo que es (a mi juicio) una bellaquería, el cambio de nombre a partir del primero de septiembre. Considero que el cambio de razón social del equipo NO exije el drástico cambio de denominación.

Según entiendo, sólo hubiera sido necesario el calificativo de S.A. al nombre actual para que esta modificación fuera algo más que una anécdota del trascendental paso que se quiere dar: la democratización.

En este dilema, el caso de Millonarios F.C. podría darnos luces sobre cómo fue su proceso, sin truncar su historia y, lo más preciado, su nombre. Luego de tener la presencia de tres mil nuevos aportantes en su capital, fue la asamblea de nuevos socios (en bloque) la que optó por el F.C. Al fin de cuentas, esta variación no influyó mucho en el resultado final y, por ende, en el respeto por su pasado.

Aunque si miramos en el ‘Vinotinto’, esta decisión parece haber sido una determinación arbitraria (una más) de Camargo, quien volvió a sacar sus garras y las ensañó irrespetuoso con la hinchada que mostró su descontento con la medida.

A mí, por ejemplo, no me dice nada el nombre del Tolima F.C. Con el respeto que se merece un conjunto de microfútbol local que hace un enorme esfuerzo para figurar en el campeonato nacional, el Tolima FSC Syscafé, este denominativo no es digno de los 56 años y ocho meses de historia con los que ha trasegado en el Fútbol Profesional Colombiano.

Si bien en los años 80 el denominativo de ‘Kokoriko Tolima’ representó al equipo, se debió más por una cuestión temporal, de moda, por la influencia del patrocinador que paulatinamente desapareció de la camiseta del onceno ‘Musical’. No obstante, en esta oportunidad el cambio es definitivo, permanente.

No es lo mismo que después de décadas de llevar con orgullo un distintivo, éste sea cambiado abruptamente. No es lo mismo que pretendamos querer como el primer día a eso que ya no llamamos igual, por simples caprichos u obligaciones. La esencia tal vez siga en lo que creímos nuestro, pero muta constantemente cada vez que la directiva lo manipula a su antojo.

Si somos consecuentes con lo que hemos amado durante toda la vida, no podemos aceptar lo que sería defender nuestro club como Tolima F.C. Alguna vez permitimos que cambiaran la camiseta con la que se logró la primera consagración y, además, se pusiera en duda nuestra permanencia en la primera división por falta de recursos.

A título personal (y presento excusas por referirme al tema en primera persona) rechazo la iniciativa que ha tenido curso por Camargo y sus colaboradores. Para mí fue, es y seguirá siendo mi Club Deportes Tolima.











3 Comentarios

  1. Pues en realidad discrepo mucho de su comentario, soy un hincha de la oriental desde que tengo uso de razon, nunca dejo de ir al estadio siempre y cuando pueda, pero en realidad no creo que mi pasion por mi vinotinto y oro se acabe por cambiarle el nombre, ademas me parece con todo respeto, que se ve mucho mas elegante al estilo Barcelona F.C. es una percepcion personal, pero de todas formas no me parece tan catastrófico como lo quieren hacer parecer, y si es mas importante que todos los hinchas apoyemos al equipo asistiendo al estadio, comprando los abonos y ahora las acciones, es una buena alternativa de demostrar nuestro amor por el equipo.

    Amanecerá y veremos, buena suerte y pa´lante con nuestro Tolima F.C.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo con el señor Alejandro Rodríguez.

    La cuestión no es si se apoya o no al equipo por el hecho del cambio de nombre. Existe algo que se llama sentido de pertenencia y eso disuelve el dilema sin ningún problema.

    La discusión, personalmente pienso que se encuentra en la modificación de un nombre que ha recorrido durante 57 años diferentes escenarios a nivel nacional e internacional.

    No viene al caso pero me gustaría dar un ejemplo que permita expresar mejor mi idea y así dejarla al diálogo:

    Mi madre se llama Carmenza. Un día amaneció y ella encontró que el mundo actual exigía que los nombres de las personas para alcanzar
    un status social deberían estar a la moda. Mi madre compleja por esa exigencia global comenzó a buscar un nombre que estuviera al día y encontró el perfecto; Valerí.

    ¿Será que yo como su hijo estaría de acuerdo con eso?.

    Respuesta; ¡Nunca!. Aun así, mi madre se cambie de nombre o no, yo la querré, pero el nombre de mi madre no es una moda es algo único.

    Por último, volviendo al tema del equipo para estar de manera imparcial de los que defienden y atacan el cambio, propongo que se llame DEPORTES TOLIMA FC.

    Mil gracias por el espacio.

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  3. YO PIENSO KE EL NOMBRE NO VARIA MUCHO Y EL "F.C" KE SE LE VA A AGREGAR TIENE HASTA PRESENCIA APRA EL EQUIPÒ. MIRANDOLO DE OTRA MANERA NO LE VA A CAMBIAR LO PRINCIPAL OSEA "TOLIMA" NO LE VEO LOGICA A TANTO ESCANDALO

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