Sólo 90 minutos separan al Deportes Tolima de la gloria. El gran sueño, que durante los últimos siete años ha desvelado a todo un pueblo, está a punto de realizarse. Los ´Gladiadores Pijaos´ dirigidos por el técnico Hernán Torres están a punto de lograr el máximo galardón, que premiaría (de darse) a un EQUIPO que con fútbol y goles ha enamorado al país futbolero.

La jerarquía apareció de nuevo ante el Once Caldas. El fútbol atractivo y efectivo resurgió ante la adversidad de las circunstancias. Así como cuando el ´Vinotinto y Oro´ necesitaba golear a Banfield para acceder a Cuartos de Final de la Copa Nissan Sudamericana; o quizás, como aconteció en el último juego de los cuadrangulares ante Santa Fe en Bogotá.

Frente al ´albo´, los dueños de casa no se dejaron amargar la noche por un hijo de la tierra como lo es Dayro Moreno. El crédito de Chicoral marcó el 1-0 parcial y nada más, porque el sistema defensivo del conjunto ´Musical´ supo neutralizar sus ´poderes´ y convertir a la ´fiera´ en un simple felino casero.

El Tolima paulatinamente ha recuperado la confianza en su estilo. Y más allá de ello, sus elementos se han llenado de motivos para hacer historia con el club de Ibagué. El aspecto físico que afectó al grupo hace dos fechas parece haber quedado a un segundo plano, porque ahora más que nunca la sed de triunfo reclama saciedad.

Este triunfo en el primer ´sorbo´ de la Final ha llenado de ilusión a una hinchada que ha sufrido en demasía en los últimos años. Una afición que de manera fiel ha decidido creer en un proyecto que a largo plazo empieza a dar sus frutos. La misma que en 2006 lloró la derrota al lado del ´profe´ Jorge Luis Bernal y que hoy vislumbra en el firmamento la estrella de navidad.

Sólo un cotejo nos separa del título. Estamos (y me incluyo porque siento como propio a este equipo) a un paso de tocar el cielo y acariciar el éxito que tantas veces fue esquivo. Ojalá que el trofeo no se escape de las manos, porque la tentación de levantarlo en el Palogrande se hace cada vez más grande.