El césped del estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué fue epicentro en la noche del viernes 25 de julio del segundo triunfo consecutivo del Deportes Tolima en la Liga BetPlay 2 2025. Los ‘Pijaos’, dirigidos por Lucas González, se impusieron 1-0 ante Deportivo Pereira, en un duelo marcado por las expulsiones que se registraron en ambos partidos, que desnaturalizaron, si se quiere, lo que debía ser el normal trámite.
El local se adelantó en el minuto 22 gracias a una aparición del volante Brayan Rovira en la media luna, quien quedó libre de marca y no perdonó. Ese gol terminó siendo el único del compromiso, pero el cesarense también sería protagonista en la polémica: vio la tarjeta roja poco después (25'), dejando al local con un jugador menos y alterando el guion que el timonel tenía previsto para el resto del compromiso.
En ese sentido, el entrenador reconoció que el trámite se apartó de su plan inicial, en buena medida por el desarrollo inesperado de las acciones. “Sin duda que está lejos de ser el partido que nosotros queremos jugar. Sí, es verdad que mejoramos un poco en relación con el último que jugamos con Alianza, sobre todo de la perspectiva de lo que queremos hacer como equipo”, adelantó González a los periodistas.
Según explicó, su intención es querer tenerla en campo contrario. “Y a veces el resultado y el iniciar un proceso con tan poco tiempo preparación te condiciona un poco”, agregó el orientador en la conferencia, en la que desmenuzó el funcionamiento de su divisa, ante un contrincante que sufrió dos bajas en el desarrollo del encuentro: la del defensor Juan Sebastián Quintero y el volante Juan David Ríos.
La expulsión que obligó al Deportes Tolima a tomar recaudos
Para el adiestrador, la expulsión de Rovira supuso una enorme dificultad. “Es un jugador que nos ayuda mucho a jugar como queremos jugar. Él no pierde la pelota, sobre todo desde el punto de vista posicional en su ubicación. Él siempre es el que está enlazando con todo el mundo”, detalló González al analizar el impacto de la baja en el eje de su equipo. Sin Rovira, el mediocampo perdió fluidez y control.
La respuesta del entrenador fue inmediata. Implementó hasta tres cambios en un intento por recobrar el dominio territorial y la circulación, aunque el juego ya estaba marcado por la reducción de efectivos y el desgaste emocional. “Por eso hicimos directamente tres cambios. No porque nos sintiéramos que no estábamos bien, pero queríamos llevar el partido a donde nosotros queremos tenerlo”, agregó el DT.
Y en su explicación indicó que era su instrucción el tener la pelota y jugar en campo contrario, independiente de que el encuentro lo estuviera ganando, empatando o perdiendo. Por ello, explicó su planteamiento y quiso resaltar la importancia de mantener la intención de juego, incluso con la adversidad numérica y las circunstancias difíciles de superar, como la que impuso esta novedad de tipo disciplinario.
Así pues, ponderó cómo el adversario también ajustó líneas y con la entrada de dos atacantes, apostó por el juego aéreo y las transiciones, al provocar obligados movimientos en la defensa tolimense. “La única forma en la que ellos nos iban a poder marcar gol es precisamente como la ocasión que tuvieron, en la que Marco cabecea, cabeceó por encima de la portería, teniendo nosotros tres centrales ahí”, afirmó.
Otro aspecto clave fueron los relevos en la mitad de la cancha. La ausencia de Rovira obligó a apostar por diferentes perfiles. “Cristian Trujillo es un excelente jugador desde el punto de vista de la voluntad y de las ganas. Pero ya las ubicaciones no son las mismas. Los ángulos de los pases no son los mismos. Entonces caemos un poco en un partido que no queríamos jugar”, reconoció el capitalino ante los medios.
El técnico confesó entonces que no buscaba un juego de intercambios directos y espacios largos, sino dominio y circulación. Y, en cuanto a la generación ofensiva, González fue consultado por la actuación de Jader Quiñones y Juan Pablo ‘Tatay’ Torres: dos opciones de conducción y organización en la zona creativa, que tuvieron —cada uno— 45 minutos para sobresalir y ayudar al grupo a sumar esta conquista.
“Jader es un jugador muchísimo más vertical. Cuando te vienen a presionar es un jugador que si lo logras encontrar en ese espacio a la espalda de mediocentros te va a salir con conducciones. Es muy difícil de parar cuando arranca en conducción, sobre todo cuando regresa al nivel que le conocimos nosotros. Se mete al área y es mucha probabilidad de rematar o de que él haga penalti”, expresó el técnico.
Lucas González y la intención de conservar la posesión del balón tras la expulsión de Brayan Rovira
Por su parte, de Torres destacó sus cualidades en la generación de fútbol en zona medular, algo que venía afectando al ‘Vinotinto y Oro’ durante el 2025. “Tatay es un jugador más parecido al 10 clásico al que todos quisiéramos tener en el equipo. Seguramente lo que nosotros buscamos al perder a Rovira era tener un jugador que no pierda la pelota para poder nosotros asegurarla en campo contrario”, resaltó.
Con todo, y pese a las dificultades colectivas, el onceno de la ‘Tierra Firme’ rescató lo esencial: el triunfo frente a un contrincante que venía envalentonado, por la victoria frente al Atlético Nacional en Pereira. “Son tres puntos y felicitación, como les dije a los chicos, pero tenemos muchísimo por corregir”, insistió el bogotano, que quiso enfatizar que el resultado no disfraza las tareas pendientes de la nómina.
La contienda dejó a Deportes Tolima con seis puntos en la clasificación y dentro del grupo de los ocho mejores clubes del campeonato. En la próxima jornada, el desafío será trascendental, pues González y su plantel recibirán la visita de un adversario histórico: Atlético Nacional, el sábado 2 de agosto a partir de las 6:20. A pesar del resultado favorable, el profesor sabe que el margen de mejor del grupo aún es amplio.
Foto: Club Deportes Tolima