Víctor Hugo Del Río, el 'Poeta' del DEPORTES TOLIMA




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Es el eterno ídolo. El hombre que, sin importar las décadas que pasen, será recordado por generaciones enteras por su invaluable aporte a la historia el Deportes Tolima. Con su magia llevó al 'Vinotinto y Oro' a los lugares de privilegio del balompié nacional, cuando parecía una utopía. Y por ello fue bautizado como 'Poeta del mediocampo', ese que plazmaba en el campo una lírica excelsa. 

Don Víctor Hugo Del Río, ese argentino que nació para el fútbol el primero de enero de 1951, en la provincia de El Chaco, y debutó en el profesionalismo como la camiseta de Racing de Avellaneda en 1973, es el protagonista de este especial capítulo en el libro dorado del conjunto tolimense. 

Su historia con la divisa ibaguereña está muy ligada a la de Gabriel Camargo Salamanca, pues fue él -máximo accionista y presidente del club- el que hizo hasta lo imposible para convencerlo de venir en 1980, a expensas de la oferta que le hizo América de Cali, en un año que marcó el inicio de una nueva era en el fútbol nacional. 

"Yo no quería venir a la ciudad. Y don Gabriel lo sabe. Estaba en Once Caldas y él me convenció con plata y con iba a formar un buen equipo. Lo cumplió. Pero la gente no sabe que a los tres partidos, el senador me quería echar porque no hacía goles. Y sin embargo, guardé el telegrama que me mandó, y al día siguiente de haber salido goleador del año se lo presenté para firmar nuevo contrato", indicó Del Río al periodista Guillermo González.

Y fue tal cual. Para 1981, pese a todos los pronósticos Tolima logró por segunda vez en su historia el subcampeonato del rentado criolllo, sólo superado por Atlético Nacional. Ese año, Víctor Hugo fue el goleador del torneo, con 29 anotaciones, y fue uno de los principales artífices de la primera clasificación 'Pijao' a la Copa Libertadores.

El éxito, cercano a Del Río, lo llevó al año siguiente (1982) a un nuevo subtítulo local, pero más que eso: a la semifinal del torneo continental más importante a nivel de clubes, en la que enfrentó a Cobreloa de Chile y Olimpia de Paraguay. 

En esa llave, Víctor Hugo le anotó un gol a los chilenos, que hizo estremecer el estadio El Campín de Bogotá, la segunda casa de ese equipo de ensueño, en el que también militaron Óscar Héctor Quintabani, Cristino Centurión, Américo Quiñónez, Édgar Osuna, Evaristo Isazi, Hugo Gallego, Heberto Carrillo, Luis Montufar, Luis Ramírez, Gustavo 'Piña' Mendoza y Pablo Elmo, entre otros.

Desde su llegada, a inicios de la década de los 80, hasta su retiro en 1984, fueron cerca de 326 los partidos que disputó, con la no despreciable cifra de 67 tantos, siendo por muchos años el máximo artillero de la institución. 

"Yo me siento complacido de estar en Ibagué. Porque hay cosas que las hice por amor. No quería venir acá porque en el Tolima se decía que los jugadores venían a terminar la carrera profesional. Don Gabriel me convenció y hoy no me quiero ir", tiró el máximo referente del club.

Y es que Del Río, pese a su agudo temperamento, siente un gran aprecio al hombre que le permitió llegar a la Capital Musical. Pese a las diferencias que los alejaron en los últimos años, la relación entre el 'Poeta' y el mecenas del equipo sigue vigente, y con motivo de los 60 años, el abrazo entre ambos no se hizo esperar. 

"Él (Camargo) siempre me quiso, y yo también lo quiero. Es un señor que le ha dado mucho al Deportes Tolima. No obstante, nadie lo alcanzó. Ni yo siendo goleador. Don Gabriel es el mejor de todos, el mayor 'goleador' e inversionista que hay  en el Deportes Tolima", enfatizó el artillero.

Y sobre la distinción que lo hace el mejor jugador que vistió la casaca 'Pijao', dijo: "A mí me llena de orgullo. En este momento, le pedí a Dios -antes de las fiestas- que me dijeran que yo era el mejor argentino que pasó por el Tolima. Pero no me esperaba que fuera el mejorjugador de la historia, y eso reconforta a mi mamá que está enferma allá. Saber que su hijo está muy lejos pero triunfando".

Su pasión por el fútbol lo tienen, hoy por hoy, como uno de los veedores del 'Vinotinto' en sus categorías inferiores, al lado de Dúmar Rueda, exjugador del club. Quién más que él, un técnico juvenil en proceso de consolidación, y otrora estrella del fútbol colombiano, para conocer cuál es el talento que hay que pulir en la cantera. 

"Siento amor por el Deportes Tolima, y por mis nietos que son tolimenses. Y uno de ellos, de 9 años, será superior a mí. Recuerden este nombre: Víctor Manuel Del Río. Si llega a jugar como juega, creo que va a ser superior a cualquiera", expresó el ídolo, hijo de Eusebio Higinio, el mensajero que le enseñó el oficio hasta los 18 años, cuando el joven Víctor decidió ser jugador profesional. 











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