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Por: Mario Alejandro Rodríguez
En las tribunas se veían cerca de ocho mil espectadores, entre ellos 4 mil 862 que compraron su boleta, cerca de dos mil 200 abonados y otros tantos que fueron invitados por los patrocinadores. Sin importar cómo llegaron al Murillo Toro, fueron todos ellos -SÍ, TODOS- protagonistas de primer orden de un partido que no nos cansaremos de recordar (Ver nota). Deportes Tolima logró lo que parecía imposible y logró ante Once Caldas un punto que sabe a gloria, celebrado como si se tratara del mismo título de Liga.
Desde antes del pitazo inicial, el grupo de jugadores sintió un profundo apoyo, que vino desde la lateral sur, y contagió a los seguidores de las localidad de oriental y occidental. En los actos de protocolo, se pudo escuchar la versión del bunde tolimense que representa lo que se vivió en el 'Coloso de la 37'.
"Soy un hincha tolimense, en mi pecho va tu escudo, yo defiendo tus colores, siempre los llevo en mi mente..." , cantaron los integrantes de la barra Revolución Vinotinto Sur, quienes fueron los primeros en reconocer la importancia que tiene el 'Jugador número 12' en pro del éxito de su divisa.
Y cuando la situación se puso dura, con un resultado que parecía lapidario en el primer periodo (0-3), el aliento no paró. Mientras en la lateral norte los seguidores 'blancos' se ufanaban de lo que parecía la debacle 'Pijao', al frente el aliento se hizo más fuerte, aún cuando hubiera caras largas y signos de preocupación en unos y otros.
La recompensa, entonces, vino para la segunda parte, con un equipo que comprendió que estaba en juego el prestigio que tanto le costó crear a su técnico, Alberto Gamero; el invicto de seis jornadas y también el liderato, que en síntesis, podía perderse por lo apretado del campeonato.
El "Movete, Tolima, movete. Movete dejá de joder...", que se escuchó con fuerza para despertar del letargo al 'Vinotinto y Oro', se transformó en el "Ohh, ohhh campeón... ohhh campeón dale dale too..." con cada gol en la valla visitante.
Pero en uno, el anotado por Yimmi Chará, además del clamor por el jugador que lleva la cinta de capitán, surgió de la nada el "Sí se puede", que de forma espontánea se prendió en la afición y se convirtió el motor anímico para luchar hasta el final.
El "Uruguayo, uruguayo", sin duda no sólo le correspondió sólo al portero Leonardo Burián. También a su compatriota, el delantero Héctor Acuña, quien de ser villano en tres opciones de gol claras para embocarla al fondo de la red, salvó la papeleta en la agonía, con un tanto que emocionó al límite a hinchas, periodistas y cuerpo técnico.
Carlos Fernando Niño, médico del plantel, no aguantó más la emoción, y dejó salir el hincha que -creemos- lleva por dentro. Con el gol 'charrúa', Niño comenzó a saltar por la pista atlética con los brazos arriba, y le pidió a la gradería que no parara de empujar. A esas alturas, soñar con los tres puntos no era una locura, sólo faltó tiempo para hacer realidad el sueño.
Para quienes tenían dudas de lo importante que es la presencia del público en la cancha, ayer quedaron totalmente disipadas. El hincha del Deportes Tolima está por encima de los 16 jugadores que escoge Gamero para cada juego, y siempre tendrá un lugar en la titular. Siempre.
